Los escudos de armas son símbolos que representan a un linaje, no a un apellido, y por lo tanto cualquiera de nosotros puede diseñar y adoptar unas armas como propias.
Estas son algunas de las normas o pautas básicas para el diseño de escudos de armas:
1. No utilizar metal sobre metal, ni color sobre color
En heráldica, las tonalidades cromáticas utilizadas reciben el nombre de esmaltes y se agrupan en metales, colores y forros. Dejando al margen los “forros”, poco utilizados, los metales son el Oro y la Plata y los colores el Gules (rojo), Sinople (verde), Azur (azul), Sable (negro) y el Púrpura. Como la regla indica, en heráldica no está permitido usar metal sobre metal o color sobre color para garantizar un adecuado contraste entre fondos y figuras. Veamos un ejemplo:
2. Regla de Plenitud
Las figuras del interior del escudo, deben representarse del mayor tamaño posible pero sin llegar a tocar los bordes del escudo (boca), cuartel o pieza.
3. Regla Simetría
Buscaremos el equilibrio visual entre las dos partes del escudo dividido por un eje imaginario.
4. Otras Pautas:
4.1 Diferenciación: Con el objetivo de poder diferenciar un escudo de otro con la mayor facilidad, cuanto más diferentes sean unos de otro, mejor.
4.2 Sencillez: Cuantas menos particiones, esmaltes o cargas (“elementos”) tenga el escudo, mejor.
4.3 Representación: Aunque se pueden utilizar cargas por mero gusto estético, el autor puede escoger las figuras, esmaltes o piezas en función de sus afinidades personales o hacer referencia a su apellido.